Uno de los mayores problemas que tiene nuestro sistema económico es la poca cultura emprendedora (económica y laboral) que tenemos. Conectar el mundo de la escuela con el de la empresa no es tarea fácil y el aprendizaje para el mundo económico y laboral suele empezar muy tarde. La iniciativa y autonomía personal, entre otras cuestiones pasa por poder resolver nuestras necesidades económicas y por conocer y hacer valer nuestros derechos y deberes. Esto requiere la adquisición de los lenguajes propios de la economía y el derecho, que están lejos de ser suficientemente adquiridos en la concepción curricular actual.